Soluciones Lev para los excesos de estas fiestas

A fecha de publicación de esta entrada ya hemos sobrevivido a la primera oleada de comidas y celebraciones navideñas. Estamos a vísperas de la siguiente y en el horizonte cercano se divisa ya la tercera y última. ¿Aguantaremos todos los excesos de estas fiestas?
Es una situación repleta de paradojas: invitados y anfitriones saben por experiencias pasadas que los excesos de las fiestas se pagan, pero unos y otros siguen repitiendo costumbres y celebraciones en donde cada pase de comida es más abundante y opulento que el anterior. Luego, todos nos prometemos que el año que viene deberemos moderarnos.
Raras veces sucede. Socialmente, incluso hacemos bromas para identificar a nuestra tierna y querida abuela con esa mujer empeñada en ofrecernos toda la despensa. Y hay para todos los gustos: el cuñado pesado con el vino de moda; ese tío lejano algo desagradable que sólo se centra en la comida y nada en relacionarse; el otro tío bonachón que deja a sus vecinos de mesa sin canapés entre broma y broma; el primo descarriado que inicia una discusión encarnizada con los temas prohibidos; la pandilla afín a vegetarianismos/ veganismos y demás ismos… Estereotipos que, precisamente por ser estereotipos y prejuicios, tienen algo de verdad enmascarada en la pulla y la guasa. Y sorprende un poco cómo buena parte de estas figuras guardan una relación algo insana con la comida y cierta ausencia de mesura a la mesa.
No pasa nada
Y reconozcámoslo todo, porque, como afirma el dicho, “todos tenemos un cuñado (o cualquier otro pariente), y si no lo tenemos, es que eres tú”.
Así, al reconocernos podremos reírnos un poco de nosotros mismos. Al final, son fechas donde se agradece la alegría y donde los roces familiares suelen limarse bien con una combinación equilibrada de diplomacia, indiferencia a la provocación y autocrítica.
Estas fechas pasarán, no hay duda de ello, y pronto regresaremos a nuestra ansiada rutina. Por supuesto, siempre será mucho más sencillo si nos sabemos anticipar a las consecuencias de estos eventos y comidas. Y allá donde la prevención no haya llegado, podamos echar mano de la mitigación.
No olvides las copas para el agua
Es muy fácil abusar del alcohol en estas comidas y celebraciones. No hace falta llegar al grado de ebriedad evidente para ver su cara negativa, pues ésta aparece ya con los primeros tragos. El problema de las bebidas alcohólicas es que deshidratan nuestro cuerpo y, de hecho, este fenómeno es el que está detrás de los efectos más negativos de una resaca: dolor de cabeza, dolor muscular, náuseas, sudoración… Acompañar la comida con agua no sólo te ayudará a mitigarlos, también hará que bebas mucho menos alcohol sin darte cuenta. El alcohol, siempre con moderación. Por supuesto, tienes la opción de apostar por vinos desalcoholizados y así eliminar este tóxico socialmente aceptado de tu mesa sin perder todos sus beneficios y disfrute.
Verde, que te quiero verde
Para García Lorca el verde era un color de significado muy profundo. Entre las varias posibilidades, se ha identificado con el deseo prohibido. Haz que tus platos estén repletos de verde y no te prohíbas nada de ellos. Las verduras, especialmente las ricas en fibra, serán unas grandísimas aliadas para enriquecer y hacer más sabrosos los platos, también para optimizar la motilidad intestinal. En estos días de platos copiosos y pesados, este extra de fibra no estará de más. Tu digestión te lo agradecerá. Además, si la complementas con nuestros reguladores Block Lipid y Block Sugar estarás a salvo de ese extra de calorías y nutrientes cuyo consumo en nada te beneficiaría. Y no, los botes no son verdes, pero proporcionan esperanza.
Tras el pecado, una penitencia ligera
Cuando las medidas de prevención fallan, los suplementos son unos grandes aliados para mitigar los problemas del empacho. Es el caso de ARL, un preparado de extractos vegetales de acción detoxificante y diurética para ayudar a tu hígado y riñones a eliminar todo resto de toxinas en tu organismo y reducir líquidos retenidos. Te sentirás menos hinchada y, desde luego, más ligera al día siguiente.
Seguro que con estos consejos encararemos las celebraciones que nos quedan con otro ánimo más amable. Estas fiestas lo merecen y, por supuesto, no te olvides de que siempre puedes concertar una cita con nuestro equipo de profesionales Lev en tu centro más cercano para ayudar a cuidarte y empezar tu plan de adelgazamiento.