¿Síntomas de depresión por terminar el verano? ¿qué puedes hacer?

Para casi todo el mundo “vuelta al cole” y la vuelta al trabajo están a la vuelta de la esquina. Precisamente, se ha visto en un gran número de estudios que el consumo de omega-3 actúa como un poderoso preventivo de la depresión.
Algunas personas estarán deseándolo ya; otras, seguramente apurando los últimos días para exprimirlos al máximo. Pero, casi seguro, la mayoría pueden estar empezando a notar cierto bajón emocional independientemente de sus ganas por volver a la rutina.
Es la depresión posvacacional
También conocida como síndrome posvacacional, es un término coloquial que describe la sensación de tristeza, melancolía, malestar emocional y sensación de nostalgia por los momentos de relajación y diversión que vivieron durante sus vacaciones que algunas personas experimentan al regresar a su día a día después de un período de vacaciones. En casos graves puede acompañarse de sensaciones fuertes de estrés y ansiedad.
Normalmente, estas sensaciones duran unos pocos días, semanas en algún caso. El tiempo, como tantas veces, lo cura; y aunque introducir ciertos cambios en la rutina diaria antes de terminar las vacaciones ayuda a mitigar estos episodios, en el artículo de hoy nos vamos a centrar en cómo la alimentación nos puede ayudar a sobrepasarlo mejor.
Hay un vínculo entre la depresión y la alimentación
La depresión como enfermedad es muy compleja porque existen diversos factores detrás de ella. En lo que respecta a los cambios bioquímicos, se ha visto que la depresión está asociada con bajos niveles de neurotransmisores como la serotonina, adrenalina y dopamina, además de un incremento de compuestos inflamatorios y de la hormona cortisol.
Como te decíamos, es muy compleja; pero, si te das cuenta, estas alteraciones tienen en común que afectan al comportamiento de las células nerviosas que conforman el cerebro. ¿Y si hubiera una manera de ayudarlas?
Precisamente, se ha visto en un gran número de estudios que el consumo de omega-3 actúa como un poderoso preventivo de la depresión. ¿Por qué este compuesto y no otro?
Básicamente porque el omega-3 es un tipo de ácido graso esencial para la salud cerebral y el funcionamiento del sistema nervioso. Por ejemplo:
- Regula la función cerebral: el ácido omega-3 es un componente esencial de las membranas celulares en el cerebro y el sistema nervioso. Es como decir que su presencia es indispensable para el correcto funcionamiento de estas células y por ello influyen en el estado de ánimo y en la función cerebral.
- Participa en los procesos de inflamación: hay evidencias de que el omega-3 tiene propiedades antiinflamatorias, tanto en el cerebro como en el resto del cuerpo. Como los procesos de inflamación son eventos vinculados a la depresión, resulta lógico pensar que el omega-3 actuase también por esta vía.
Así que no sorprende que el omega-3 participe en la regulación del estado de ánimo. De hecho, algunas investigaciones han encontrado que las personas con niveles bajos de ácidos grasos omega-3 en su dieta pueden tener un mayor riesgo de desarrollar síntomas depresivos.
Con todo esto, deberíamos considerar el omega-3 como un potente preventivo para la depresión.
¿Cómo consumir omega-3?
Muchos alimentos son fuente de omega-3, aunque hay un “pero” que te contaremos al final. Bueno, dos “peros”, en realidad.
Los alimentos de origen marino son la principal fuente de omega-3, especialmente pescados grasos de aguas frías, mariscos o algas. Ejemplos de estos pescados son el salmón, la trucha, el atún, la caballa, el bacalao el arenque o las sardinas.
En segundo lugar, muchos frutos secos como la chía, las semillas de lino o las nueces contienen omega-3. También vegetales de hoja verde como las espinacas o el brócoli. Y aquí viene el primer “pero”: los vegetales contienen en proporción mucho omega-3 que las fuentes animales y, encima, este vegetal se aprovecha peor porque nuestro cuerpo debe convertirlo en una forma que sea verdaderamente útil para nuestras células.
Podríamos sentirnos tentados en apostar entonces únicamente por el omega-3 de origen animal, y es aquí donde surge el segundo pero. El problema es que el omega-3 no es el único ácido graso presente en los alimentos (animales o vegetales), si no que viene acompañado de otros como el omega-6. Debe haber un equilibrio entre ambos para poder hablar de una dieta saludable. Mientras nuestros ancestros consumían aproximadamente una grasa omega-3 por cada una o dos grasas omega-6, es decir, proporciones de 1:1 o 1:2, la dieta estándar actual, en promedio, tiende a una proporción omega-3/omega-6 de 1:15 o incluso peor: 1:30. Estamos viendo que estas proporciones son bastante problemáticas para nuestra salud.
¿Y por qué hay un desequilibrio?
Existen muchas razones que explican este desequilibrio nutricional. Por ejemplo, porque muchos de los pescados que consumimos actualmente son de piscifactoría y no de captura salvaje y esta forma de producción favorece acumulen proporcionalmente mucho menos omega-3 del que deberían.
La posibilidad de consumir alimentos ricos en omega-3 con un correcto equilibrio entre ácidos grasos no siempre es posible. Son alimentos más caros o con mucha menor disponibilidad en el mercado. Quizá, por ese motivo los suplementos están teniendo tanto éxito. Son una forma barata y cómoda de restaurar las necesarias proporciones entre ácidos grasos y aprovechar todos los beneficios antidepresivos de este importante compuesto.
¿Qué te parece si despedimos el verano con una fiesta en la que preparemos unas sardinas a la brasa? En nuestra tienda tenemos la opción más ligera de un Salmón del Atlántico que puedes preparar a tu gusto. Y, por supuesto, para la nueva estación que viene existe la opción de las cápsulas de ácidos grasos esenciales, elaboradas con un equilibrio óptimo entre ácidos grasos para que aproveches al máximo todos sus beneficios.