Nutricionismo: calorías nutritivas y calorías vacías

Hoy te queremos presentar un concepto poco conocido, pero que observamos con frecuencia en muchas de las consultas que realizamos: es el nutricionismo.
¿Qué es el nutricionismo?
El nutricionismo es una corriente ideológica que pertenece al campo de la nutrición, pero no son sinónimos. Por explicarlo resumidamente, el nutricionismo se centra en valorar sólo los nutrientes que contiene un alimento, en lugar de considerarlo en su totalidad. Es decir, considera que el contenido nutricional en la forma de vitaminas, sales minerales y macronutrientes (proteínas, carbohidratos y grasas) es lo más importantes de un alimento y, por tanto, la calidad de una dieta se debe medir por la cantidad y calidad de estos nutrientes.
Es muy frecuente. Si consultas los datos en organismos oficiales, sean los de la Organización Mundial de la Salud (OMS) o las Guías de Alimentación publicadas Asociaciones de Medicina verás recomendaciones como la de que una dieta saludable podría ser una que esté armada con un 60% de carbohidratos, 30% de grasa y el resto de proteína.
Los riesgos del nutricionismo
Sin embargo, los profesionales sabemos que el nutricionismo puede llevar a una visión reduccionista de la alimentación. No se tienen en cuenta otros factores que son tan o más importantes para el éxito de una dieta y una alimentación saludable. El sabor, la cultura, la tradición, la seguridad alimentaria o la accesibilidad a un determinado alimento son criterios que también deberían valorarse.
Por estas razones el sistema Nutriscore es tan criticado. ¿Sabes lo que es Nutriscore? Es un sistema de etiquetado nutricional que clasifica un alimento según su calidad nutricional. Fue desarrollado por Francia y se utiliza en varios países europeos, incluyendo a España. Cada alimento se clasifica con una letra y un color, desde A (verde) para los más saludables hasta E (rojo) para los alimentos menos saludables. Clasificación que se hace teniendo en cuenta la cantidad de nutrientes beneficiosos, como las proteínas, las fibras y los minerales, y la cantidad de nutrientes perjudiciales, como las grasas saturadas, el azúcar y la sal, que contiene un alimento. Claro, con este sistema de cálculo nos sale que un plato de jamón ibérico tiene una calidad nutricional D o E, muy poco saludable y equivalente a la de comida basura.
¡No tiene sentido! Efectivamente, no lo tiene y por eso Nutriscore no deja de actualizarse para corregir estos problemas derivados de un enfoque nutricionista al extremo.
Analizando las calorías
Además de por sus nutrientes, un alimento puede valorarse también por su contenido en calorías, es decir, en la energía que nos proporciona. Son conceptos muy relacionados porque la cantidad de calorías que cada macronutriente aporta es bien conocida. Los carbohidratos y proteínas aportan unas 4 Kcal/g, mientras que las grasas aportan 9 Kcal/ g. Es decir, 1 gramo de grasa aporta más del doble de calorías que 1 gramo de azúcares.
Por eso a veces hablamos de las “calorías vacías” para referirnos a alimentos que son muy ricos en calorías, pero tienen poco o ningún valor nutricional. Suelen tener un contenido muy alto en grasas, también en azúcares refinados, pero carecen de vitaminas, minerales o fibra. También en grasas y carbohidratos saludables. Los ejemplos comunes de estos alimentos son los procesados, los pasteles, galletas, refrescos o los dulces.
Si te fijas en la composición de nuestros productos, como las Galletas Doble Fresa Lev verás que contienen fibra, proteína de leche, guisantes, huevos, vitamina E -y cacao, por supuesto-. Su composición ha sido estudiada para que una ración te aporte sólo 224 Kcal y un montón de nutrientes. ¡Ah! Y no queremos caer en el nutricionismo: están riquísimas y con esa cobertura de chocolate con fresa, galleta de cacao y un relleno de crema. Sabemos que nos encanta picar entre horas algo dulce, así que nada mejor que un sustituto como este que nos permita abandonarnos a la tentación evitando consumir azúcares refinados que sólo nos aportarían calorías indeseadas.
Y este es uno de los secretos de la dieta Lev: no tienes que dejar de comer lo que más te gusta solo porque estés a dieta, ya que es la dieta la que tendría que adaptarse lo máximo posible a nuestra rutina y a nuestros gustos si queremos ver resultados.