¿Hambre a todas horas? Sigue estos consejos

¿Hambre a todas horas? No es una sensación agradable. A todas horas sientes que tienes hambre, lo intentas controlar, sólo consigues incrementar ese apetito voraz, intentas aguantar y, finalmente, te rindes y comes. Encima, puede ser que lo hagas con ansiedad y sintiéndote culpable una vez saciada. Más o menos, acabas de experimentar un episodio de hambre psicológica.

Existen varias razones por las que puedes estar sintiendo hambre a todas horas. Conocerlas te ayudará a enfrentarla con éxito.

La primera razón es que sea hambre psicológica, pero verdadera. Si estás haciendo una dieta muy estricta puedes terminar desregulando el equilibrio hormonal involucrado en el ciclo de promoción/inhibición del hambre. El resultado: niveles bajos de leptina, la hormona de la saciedad, y ganas de comer continua.

La mejor opción es modificar tu alimentación, no necesariamente incrementando el aporte calórico. Incluir alimentos integrales o con mayor contenido en grasas (saludables, por favor) ralentizará la digestión y hará que te sientas más tiempo con el estómago lleno.

 

Dormir poco, tarde y mal puede ser también una causa de que luego, al día siguiente, tengas hambre a todas horas. De nuevo, esta sensación de hambre voraz se debe a un desequilibrio hormonal por un desajuste de las pautas de sueño. La diferencia es que aquí tenemos incrementos de grelina, la hormona del hambre, junto con reducciones de la leptina, la hormona de la saciedad. Debido a este incremento de grelina es un hambre que sólo se sacia con alimentos dulces. Sólo podemos recomendarte dos cosas: apuesta por consumir fruta, no zumos, sino piezas de fruta entera para satisfacer ese deseo por el dulce. Pero que sea de absorción lenta, y trabaja en tus hábitos de sueño.

 

La tercera causa de hambre psicológica, y quizá la más frecuente, es por un trastorno emocional. Los episodios de estrés por sobrecarga de trabajo, vivir aburrido por una rutina diaria sin estímulos o, sencillamente, sientes que algo en tu vida no termina de encajar, son ejemplos por desgracia muy frecuentes en la sociedad de hoy. Puede que no seas consciente de vivir este desorden emocional, pero, si notas que sólo te calmas cuando recurres a comidas ricas en grasa, saladas, y, por resumirlo, a procesados y fast food, sospecha que tu cuerpo te está avisando.

De nuevo, sólo podemos darte dos consejos, el primero y más importante, plantéate que te atormenta, y si tú no lo ves, pide ayuda a tu pareja, entorno de amistad o, por qué no, profesionales cualificados para ayudarte. Y en cuanto a la alimentación, intenta sustituir procesados por comidas ricas de sabor y coloridas. Un pollo sazonado con especias y de guarnición una ensalada de brotes y verduras aliñada con una vinagreta es un perfecto sustituto de una hamburguesa industrial.

 

Como ves, no hay una única causa detrás de esa sensación de apetito continuo. Y, a veces, puede ser que vivas una situación complicada donde varias o todas estén presentes. Pero las señales están ahí y es posible corregir estos hábitos tan nocivos. Al final, es una señal de alarma que nuestro cuerpo envía para indicar que no todo está lo bien que debería y, como siempre, la alimentación es una parte muy importante de lo que somos.

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