¿Es posible mejorar tus niveles de ansiedad con la alimentación?

No podemos discutir que en la sociedad actual hay varias tendencias que han hecho que nuestra manera de vivir haya cambiado drásticamente en pocas décadas: sobrecarga de información y ansiedad:, uso excesivo de la tecnología, presión laboral, estilo de vida acelerado, influencia de las redes sociales, inestabilidad económico, cambios sociales y políticos: los cambios y las tensiones sociales y políticas en el mundo nos afectan más al estar más interconectados. Tenemos más noticias de conflictos, polarización ideológica y, en general, una incertidumbre generalizada sobre el futuro inmediato.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una respuesta natural del organismo ante situaciones percibidas como amenazantes o estresantes. Es una emoción normal que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Suele manifestarse, como acabamos de ver, como una sensación de inquietud, nerviosismo, preocupación, tensión o miedo intenso.
Si no va a más, no hay mayor problema, pero cuando la ansiedad se vuelve crónica, intensa o desproporcionada en relación con la situación, es cuando empieza a afectar negativamente a nuestro funcionamiento diario y al bienestar de una persona. Cuando esto sucede hablamos de un trastorno de ansiedad y de ansiedad crónica y hay que tomar medidas.
¿Es lo mismo estrés que ansiedad?
Aunque están relacionados y comparten características, no son exactamente lo mismo:
- Causa: El estrés es una respuesta a situaciones que percibimos como amenazantes. Por otro lado, la ansiedad puede surgir sin un desencadenante específico y, por tanto, la sufrimos de manera más generalizada.
- Duración: El estrés tiende ser temporal, durando tanto como la situación que nos lo genera. En contraste, la ansiedad suele persistir por más tiempo y, en algunos casos, convertirse en crónica.
- Respuesta emocional: El estrés va asociado a frustración, irritabilidad, impaciencia o agobio. La ansiedad, por su parte es más una sensación de preocupación constante, miedo o inquietud.
- Síntomas físicos: Tanto el estrés como la ansiedad se muestran físicamente de la misma manera, con taquicardias, dificultad para respirar, tensión muscular, sudoración o problemas digestivos. La diferencia es que en el caso de la ansiedad estos síntomas son más persistentes y presentarse incluso en ausencia de una situación concreta; no sabemos lo que nos pasa ni por qué, pero no nos encontramos “como siempre”.
¿Hay alguna relación entre el bienestar físico y el mental?
La conexión entre lo físico y lo mental se asemeja a una vía de doble sentido porque hay una influencia directa de uno sobre otro. Si estás preocupado por algo, notas tensión en las cervicales, lumbares o te duele el estómago; pero si practicas ejercicio con frecuencia, te vas notando cada vez con más ganas y repleto de pensamientos positivos.
Así, no sorprende que el estado físico de una persona influya en su bienestar mental. Una alimentación adecuada, ejercicio regular y descanso suficiente tendrán un impacto positivo en el estado de ánimo. Por el contrario, una mala alimentación y la falta de sueño o de actividad física afectarán negativamente la salud mental y, consecutivamente, tendrás más riesgo de sufrir depresión o ansiedad.
Incluso, nuestra salud mental afecta a la forma en que nos percibimos a nosotros mismos físicamente.
¿Cómo mejorar los niveles de estrés y ansiedad con la alimentación?
Si bien la comida no puede eliminar por completo estos problemas, ciertos nutrientes y hábitos alimentarios pueden ayudar. Aquí algunas pautas de alimentación:
- Consume alimentos ricos en triptófano: El triptófano es un aminoácido precursor de la serotonina. Contribuye a regular el estado de ánimo y promover la relajación. Alimentos como el pavo, pollo, huevos, lácteos, nueces y semillas son tus aliados.
- Incorpora alimentos ricos en omega-3: Los ácidos grasos omega-3 tienen propiedades antiinflamatorias y pueden ayudar a reducir los síntomas de ansiedad. Pescados grasos como el salmón, la caballa y las sardinas son excelentes fuentes de omega-3. Desde Lev te ofrecemos Salmón del Atlántico para tus platos de pescado. Otra opción, nuestro suplemento de ácidos grasos, con una combinación ideal de omega-3, -6 y -9
- Limita el consumo de cafeína y alcohol: La cafeína y el alcohol afectan muy negativamente los niveles de estrés y ansiedad. Evítalos, reduce su consumo o sustitúyelos por vinos sin alcohol.
- Aumenta la ingesta de alimentos ricos en antioxidantes: Los antioxidantes ayudan a proteger el cuerpo del estrés oxidativo y pueden tener efectos beneficiosos la salud mental. También tienes la opción de recurrir a nuestro suplemento ARL Mango&Piña que es, además, un potente diurético que te ayudará a eliminar líquidos.
- Incorpora alimentos ricos en vitaminas B: Las vitaminas del complejo B, están involucradas en la producción de neurotransmisores que influyen en el estado de ánimo y el estrés. Alimentos como legumbres, productos lácteos, carne magra, pescado, huevos y vegetales son buenas fuentes. ¿Conoces nuestro suplemento multavitamínico Vita Lev?
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