El consumo de sal en la dieta

La sal es un ingrediente que usamos muy frecuentemente cuando cocinamos porque sirve para dar más sabor a los alimentos. De hecho, los cocineros y sumilleres juegan con el equilibrio de sabores para elaborar sus propuestas gastronómicas porque se sabe desde hace mucho que la intensidad de un determinado gusto afecta a cómo se perciben otros.
¿Y qué pasa con la sal?
La sal potencia el dulce y el ácido, mientras que reduce la sensación de amargor. ¿Quieres hacer un experimento y pasar un rato divertido con amigos? Prepara una tabla de chocolates con nuestras tabletas Dark Choco y Leche y Avellanas Crujientes acompañada de una vasija con escamas de sal. Prueba ambos chocolates para luego repetir, pero de esta vez añadiendo unas -poquitas- escamas de sal sobre la onza. Seguramente verás como Dark Choco es un poco menos amargo, mientras que Milk Choco se hace algo más dulce de lo que era inicialmente.
Aunque es una prueba muy simple no podemos garantizarte el éxito porque cada paladar tiene una sensibilidad ligeramente distinta a los distintos gustos. Por eso hay quien gusta de añadir más sal que otras personas. Sin embargo, la edad es un factor que nos afecta a todos de manera muy similar: con los años seguimos siendo igual de capaces de diferenciar entre un plato poco salado y uno algo más salados, pero lo hacemos con mayor lentitud y, encima, perdemos sensibilidad si el plato es más bien salado. Dicho de otra manera; primero, es como si nuestras papilas gustativas vez de notar el máximo de gusto salado al instante lo notásemos a los diez segundos de meter la comida en la boca. Segundo, que este máximo no tan intenso como cuando éramos más jóvenes; sigue siendo un clímax de sal, pero algo más comedido.
Efectos del consumo excesivo de sal
Nuestra sociedad está cada vez más envejecida. Vivimos más años y vivimos mejor, pero nuestro cuerpo cambia y sólo ahora estamos aprendiendo a saber cómo lo hace y así ponerle remedio. La percepción de un sabor poco salado suele incitarnos a añadir un poco más de sal a los alimentos, así que no sorprende que con los años vayamos incrementando poco a poco el uso de este ingrediente: ya hemos dicho que lo percibimos de una manera más reducida.
Sin embargo, el consumo excesivo de sal puede tener efectos muy negativos en la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una ingesta diaria de sal de menos de 5 gramos por día, lo que sería aproximadamente una cucharadita. Sin embargo, consumimos mucho más que eso sin darnos cuenta ya que la sal se encuentra de manera cotidiana en muchos de los alimentos que compramos. Nosotros, al llegar a casa, terminaremos de aderezarlos con el riesgo de pasarnos de estos límites.
Pero este consumo excesivo de sal puede aumentar el riesgo de desarrollar hipertensión arterial, así como otras enfermedades cardíacas, enfermedades renales, diabetes e incluso accidentes cerebrovasculares.
Reducir el consumo de sal
Por eso es importante leer las etiquetas de los alimentos para conocer su contenido en sodio (uno de los componentes de la sal). Pero todavía podemos hacer más. Apuesta por ingredientes frescos. Y si te gusta aderezar los platos que preparas no dejes de hacerlo. Especias, hierbas aromáticas y hasta el uso de vinagretas o salsas de limón son excelentes alternativas.
Desde Lev estamos comprometidos con la salud y la alimentación. Así que, aunque nuestras comidas llevan sal, lo hacen en cantidades hasta 10 veces inferior a lo recomendado por la OMS. ¿Sabes por qué? Para que puedas terminarlos a tu gusto añadiendo tu guarnición favorita y las especias y aderezos que más te gusten, pues cocinar debe ser siempre un placer.