Perder peso caminando… y otros beneficios de andar

Difícilmente vas a perder mucho peso si tu actividad física se limita a unos cuantos paseos, aunque sean diarios. Sin embargo, eso no significa que no observes cambios. Andar es una actividad con un gran número de beneficios y que casi cualquiera puede realizar independientemente de su condición física. Sólo por ello merece la pena prestarle más atención de la que normalmente se le presta.

¿Cuánto debo caminar cada día?

Las recomendaciones son bastante claras: basta con que dediques cada día entre 30 y 60 minutos a esta actividad. Sin prisas ni agotándose. Varios estudios demuestran que con este rato los beneficios de andar ya son más que evidentes. No es tanto que pierdas peso como que no ganarás quilos extra. Y, al final, unos cuantos recados que realices andando bastan para cumplir los objetivos. ¡Pocas rutinas hay más fáciles!

¿Notaré más cambios?

Pues lo cierto es que sí, y precisamente aquí reside el secreto de esta actividad. Andar aporta innumerables beneficios, porque activamos varios mecanismos que nos ayudarán a mejorar nuestra salud, ¿quieres saber cómo?

Activamos nuestro metabolismo basal

Normalmente tendemos a pensar que la única manera de incrementar nuestro gasto calórico es a través del ejercicio intenso. Sin embargo, no debemos olvidar el metabolismo basal. Es el nombre que recibe el gasto calórico que realizamos en reposo simplemente por “estar vivos”. Pero, si lo pensamos, para estar vivos nuestro cuerpo tiene que realizar un montón de funciones: respirar, bombear sangre, dormir para descansar, digerir la comida, mantener la salud de nuestros huesos y músculos y, por supuesto, desplazarnos. Hay actividades que no podemos controlar cuánta energía demandan, pero otras ofrecen cierta capacidad de ajuste. Precisamente, andar, desplazarnos, es una de ellas. Este gasto calórico previene que lo almacenemos en forma de grasa.

Mantenemos nuestra musculatura

Si realizas ejercicio de fuerza verás cómo tus músculos crecen. Cuando eso sucede el metabolismo basal también aumenta porque es necesario consumir calorías para mantenerlos en ese estado. Sin embargo, es una operación que consume tantísima energía que el cuerpo rápidamente deja de realizar este mantenimiento si ve que estamos en reposo. Es, de hecho, muy drástico, y sucede incluso en el mismo día. Por ese motivo andar es una actividad tan necesaria en estos casos, precisamente porque envía señales de que es necesario mantenerlos en perfecto estado y así se mantiene elevado este metabolismo basal. Por si fuese poco, en estas señales participan hormonas como la insulina con el resultado de que, de nuevo, se evita que nuestros almacenes de grasa se rellenen.

Mejora nuestro tránsito intestinal

El balanceo rítmico que realizamos al andar es capaz de estimular los movimientos de nuestros intestinos. Es como si ambos acompasaran su ritmo y ello mejora su tarea. Si tienes problemas de estreñimiento o de hinchazón de vientre, pruébalo. Y si no, pruébalo también porque, aunque no te des cuenta, estarás facilitando el funcionamiento de nuestro aparato intestinal y la digestión y absorción de nutrientes será mucho más fácil.

Cuida de nuestro corazón

Simplemente con andar forzamos a que nuestro corazón, y pulmones, hagan lo que mejor saben hacer: coger aire y transportarlo a todas las células de nuestro cuerpo a través de la sangre. Se ha demostrado que con ello se mejora la circulación de la sangre a través de los vasos, una buena noticia si temes a las enfermedades vasculares relacionadas con la hipertensión, las obstrucciones arteriales y las varices. Y, del mismo modo que la sangre sirve para repartir el oxígeno del aire por todo el cuerpo, también es el líquido encargado de recoger toxinas y sustancias de desecho para eliminarlas. Un sistema cardiovascular activo es un sistema cardiovascular eficiente.

 

Desde luego, a la vista de todos estos beneficios andar debería clasificarse como un deporte y, de hecho, existen comunidades que en sus planes de salud y promoción de una vida saludable recogen expresamente andar como un deporte con todas las de la ley, nunca mejor dicho. Encima, es muy sencillo de practicar. ¿Qué te detiene para empezar?