Entrenamiento de fuerza para perder peso

Si estás en los círculos deportivos y acudes al gimnasio seguramente te hayas encontrado alguna vez en medio de un debate entre los defensores del entrenamiento de fuerza/ levantamiento de peso y los que apuestan por los ejercicios aeróbicos. Cada uno con sus argumentos y muchas veces opuestos; pero ¿cuál tiene razón?

Objetivo de perder peso

En general, y sin profundizar mucho, parece que si nuestro principal objetivo es perder peso debemos apostar por el team aeróbico. Ejercicios de baja intensidad que se realizan sostenidamente en el tiempo. Son los ejercicios de cardio: correr, nadar o ciclismo, entre otras. No estaremos equivocadas, pues los ejercicios aeróbicos han demostrado que reducen mucho más rápido el porcentaje de grasa corporal.

¡Cuidado! Más rápido no es mejor

Una de las desventajas de los ejercicios de cardio es que con ellos no solamente perdemos grasa corporal, también masa muscular. Es decir, la pérdida de peso se debe a un adelgazamiento general de nuestra constitución.

Lo que los defensores del entrenamiento de fuerza argumentan que no debemos confundir perder peso con estar perdiendo grasa corporal. De hecho, la pérdida de masa muscular impacta de manera muy relevante en el peso porque, como ya hemos dicho alguna vez, el músculo es bastante más denso que la grasa, por lo que ligeras variaciones en masa muscular producirán variaciones apreciables del peso.

Con todo, si apostamos por las rutinas de ejercicios anaeróbicos podemos observar que ni perdemos peso ni volumen. Más bien todo lo contrario: pesamos más y encima nos “hinchamos”.

¿Cómo puede estar funcionando el ejercicio que hago si evoluciono al revés de lo que espero?

Porque los ejercicios de fuerza, tales como el levantamiento de pesas, powerlifting, o prácticas de atletismo explosivo, conducen a un incremento de la fuerza muscular y del aumento del volumen del músculo. Es decir, más peso y más volumen de manera rápida.

Pero, y aquí viene lo interesante, estos ejercicios terminan por desencadenar cambios en nuestro metabolismo que son muy interesantes.

El primero, lógicamente, tiene que ver con los necesarios cambios hormonales para potenciar la formación del músculo. Ello se consigue a través de la hormona de crecimiento. Una hormona que estimula la síntesis de proteínas (necesarias para formar nuevo músculo) y reduce las necesidades de glucosa (combustible energético de uso inmediato y que se tiende a almacenar en forma de grasa si no se usa). Entre medias, esta hormona también incrementa la lipólisis. Es decir, la movilización de las reservas de grasa para obtener energía en sustitución a las de glucosa.

En resumen, ganamos peso, y ganamos volumen, sí, pero este tipo de ejercicios, bien realizados, cambian nuestra composición corporal reduciendo los niveles de grasa para “sustituirlos” por músculo.

Plan de alimentación para maximizar beneficios

Los beneficios de este tipo de entrenamiento de fuerza necesitan de un hábito de alimentación correcto. Como siempre, los cambios más drásticos y profundos requieren de una sinergia entre nuestra alimentación, nuestra rutina diaria y nuestras pautas deportivas.

Una dieta hipocalórica es fundamental para desencadenar esta lipólisis y así perder grasa corporal. Por otro lado, las dietas hiperproteicas nos garantizan el necesario suministro de proteína con la que poder construir nuevo músculo.

Precisamente, en Lev trabajamos con este tipo de alimentación porque una y otra vez ha venido demostrando sus beneficios. Eso sí, siempre que la compatibilicemos con una práctica deportiva adecuada.

Si empiezas a ver de otra manera este tipo de ejercicios, entonces, ¿Ya estás lista para el cambio?

Te esperamos en Lev para preparar contigo un plan de alimentación adaptado a tus hábitos y rutinas. Pide cita gratuita ahora.

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