¿Cómo influye el verano a tus niveles de vitamina D?

¡Han llegado los días de calor! Y, como cada verano, volvemos a preocuparnos de nuestra relación con el sol y nuestro moreno. A estas inquietudes hay que sumarle una nueva, ¿son mis niveles de vitamina D los correctos?

Seguramente, y desde hace un tiempo, te habrás con amistades que te han confesado que están tomando suplementos de vitamina D porque han visto que sus niveles estaban bajos. Quizá te parezca una anécdota sin importancia o te hayas preocupado, así que en el artículo de hoy vamos a hablar sobre esta importante vitamina para descubrir cómo mantener sus niveles en un estado óptimo.

Conociendo la vitamina D

La vitamina D es una vitamina soluble en grasa que desempeña un papel crucial en el cuerpo humano. Existen dos formas principales de vitamina D: la vitamina D2 (ergocalciferol) y la vitamina D3 (colecalciferol). La vitamina D2 se encuentra en alimentos de origen vegetal, mientras que la vitamina D3 se produce en la piel en respuesta a la exposición a la luz solar, aunque también se encuentra en algunos alimentos de origen animal.

La vitamina D cumple varias funciones importantes en el organismo:

  1. Absorción de calcio: La vitamina D ayuda en la absorción y utilización del calcio y el fósforo en el intestino delgado, componente fundamental para garantizar la salud ósea.
  2. Función muscular: La vitamina D también juega un papel en la función muscular adecuada. Ayuda en la contracción muscular y en la mejora de la fuerza muscular.
  3. Sistema inmunológico: Se ha observado que la vitamina D tiene efectos inmunomoduladores y puede influir en la respuesta del sistema inmunológico ante infecciones y enfermedades.
  4. Salud cardiovascular: parece haber una relación entre la deficiencia de vitamina D y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, aunque la conexión exacta aún no se comprende completamente.

Como ves, estamos ante una vitamina con funciones vitales imprescindibles, así que no hay duda, ¡mejor disponer de una buena reserva de ella!

¿Puedo tener déficit de vitamina D?

En teoría, no deberías. Y decimos en teoría por varias razones. Al ser una vitamina soluble en grasa es muy fácil que dispongas de una buena reserva de ella en los depósitos de grasa de tu cuerpo, a diferencia de las vitaminas que son solubles en agua, las cuales sí que eliminamos constantemente por el sudor o la orina.

Por supuesto, si estás en pleno proceso de adelgazamiento puede ser que tus niveles de vitamina D oscilen. Al principio, al movilizar la grasa estarás liberando esta vitamina de sus almacenes, por lo que no deberías tener problema. Sin embargo, en fases más avanzadas sí podrías tener ciertas carencias…

¡Pero es una vitamina que está presente en los alimentos y por exponernos al sol! Cierto, y encima vivimos en un país mediterráneo con muchas horas de sol. Pero es perfectamente posible que no sea suficiente, ¿quieres saber por qué?

¡Me encanta tomar el sol!

Tomar el sol es, quizá, una de las actividades que más vinculamos con el verano. Estar en la playa, con no mucho calor, bajo el sol y una brisa marítima refrescante, es de lo más relajante. Además, el moreno resultante resulta de lo más atractivo. Eso sí, ¡ojo con pasarse! El moreno, por bonito que nos resulte, es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo para defenderse de los nocivos rayos ultravioletas. Un exceso de exposición al sol tiene consecuencia muy negativas y peligrosas a largo plazo: la piel pierde su elasticidad y tersura, aparecen manchas o, peor todavía, el riesgo de sufrir cánceres de piel se incrementa exponencialmente.

Y mientras tomamos el sol los niveles de vitamina D se incrementan debido a que cuando los rayos ultravioletas estimulan la producción de vitamina D3. Como durante el verano hay más horas de luz solar y las personas suelen pasar más tiempo al aire libre, esto aumenta las oportunidades para que la piel sea expuesta a los rayos ultravioleta y, por lo tanto, incrementa la producción de vitamina D en el cuerpo. Esta exposición al sol durante aproximadamente 10-15 minutos al día, suele ser suficiente para que el cuerpo produzca cantidades adecuadas de vitamina D.

Sin embargo, ¡puede no ser suficiente!

Esto es debido a un secreto que pocas personas saben y que hoy queremos contarte. Resulta que existe una relación de dependencia mutua muy estrecha entre la vitamina D y el magnesio, lo que significa que ambos nutrientes interactúan y se necesitan mutuamente para cumplir correctamente sus funciones.

Concretamente, el magnesio desempeña un papel crucial en la conversión de la vitamina D en su forma activa y utilizable por el cuerpo. Esto es porque la vitamina D, sea la forma D2 o la forma D3 se debe convertir en su forma activa (calcitriol) en los riñones, y este proceso requiere la presencia de magnesio. Por lo tanto, una deficiencia de magnesio puede afectar la capacidad del cuerpo para utilizar adecuadamente la vitamina.

¡Ahora ya conoces la historia!

Muchas personas pueden estar tomando el sol a menudo o incluso recurrir a suplementos de vitamina D y aún así no terminan de tener un buen balance de esta vitamina.

Desde Lev te ofrecemos dos suplementos que te ayudarán a recargarte este verano al completo. Por un lado, Vita Lev es un multivitamínico rico en minerales con el que cubrir todas tus necesidades diarias. Una sola cápsula al día te proporciona el magnesio y vitamina D (en la forma de vitamina D3) que necesitas. ¡Y sin tener que exponerte al sol y a sus peligros si es esa tu decisión! Pero, por si eres una persona aficionada a ello, te sugerimos complementarlo con Skin Elixir, su base de colágeno marino, ácido hialurónico, elastina y queratina permite que tu piel consiga y mantenga una mayor elasticidad, reduciendo las arrugas y los daños derivados del sol.

Si todavía te quedan dudas te invitamos a concertar una cita con nuestro equipo de profesionales en tu centro más cercano, o por medios telemáticos si así lo prefieres. Ya lo sabes, este verano, ¡que nada te detenga! Ni siquiera la vitamina D.

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