¿Se necesita el asesoramiento de un profesional para perder peso?

Si eres de las personas que leen nuestro blog con asiduidad seguramente pienses que con los consejos que te contamos puedes ponerte por tu cuenta sin recurrir al método Lev o a la ayuda de nuestros profesionales.
O, quizás, puede ser que tu caso sea el de esa persona que ha caído en estos artículos de rebote buscando más información para entender mejor por qué no funciona la dieta que venías siguiendo.
Sea tu caso el que sea, déjanos contarte una cosa:
Si empiezas a estar desanimada por la falta de resultados y crees que lo has probado todo, puede ser que en realidad no haya sido así.
Seguramente habrás leído muchas veces que la clave para que una dieta funcione es que sea hipocalórica, es decir, que nos induzca a un déficit calórico de manera que movilicemos nuestras reservas para completar nuestras necesidades calóricas, y mejor que mejor si estas calorías vienen de esas indeseables reservas de grasa.
Es totalmente cierto; el éxito de una dieta está relacionado con ese balance deficitario en calorías, de manera que consumamos más de las que nuestra alimentación nos aporta.
Pero no es toda la historia. O, al menos, no es así de sencilla.
Es muy probable que si sólo te enfocas en calorías que ingieres versus calorías que gastas veas resultados espectaculares al principio y te emociones al ver como bajas de peso. Peso perdido que, cuidado, no proviene de estar perdiendo grasa. Al cabo de un tiempo, bastante breve la verdad, llegarás a una fase de estancamiento y de ahí no te moverás.
Es aquí cuando surge el desánimo, la frustración y empezarás a preguntarte si es que haces algo mal o, peor, si sucede algo malo con tu cuerpo.
En absoluto; sencillamente sucede que nuestro cuerpo es maravillosamente complejo y muy inteligente.
Lo que ha estado sucediendo es que el déficit calórico se ha estado compensando con la movilización de músculo, el cual es mucho más fácil de utilizar que la grasa porque es un almacén de carbohidratos en la forma de glucógeno. Además, esta pérdida muscular va asociada con una pérdida de volumen muy significativa porque también se pierde agua almacenada en estos depósitos de glucógeno. Y el agua pesa y abulta bastante, lo que engaña a nuestros ojos y a la báscula.
Pero, ¿por qué no se ha estado usando grasa?
No hay nada que hacer: los carbohidratos son mejores combustibles que la grasa. Lo que pasa es que cuando intentamos una dieta por cuenta propia tendemos a ser demasiado exigentes y recortamos demasiado las calorías que comemos. Esta situación supone una señal de estrés para nuestro cuerpo y un aviso de que estamos a las puertas de una hambruna.
Así, empieza a intentar adaptarse a esta nueva situación gastando el mínimo posible de calorías. Lo que empezó como una situación de déficit brutal termina compensándose lo máximo posible. Si no puede del todo, preferirá utilizar antes aquellos carbohidratos que haya disponibles que grasa. La cual se reserva para más adelante por si las condiciones de hambruna se materializasen definitivamente.
Esta adaptación es la que explica nuestro cansancio físico y mental. No sólo nos estancamos físicamente, a nivel psicológico nos podemos ver sobrepasados por tonterías del día a día y de un continuo mal humor. Recuerda: estás en modo ahorro energético y sólo importa eso.
Curiosamente, la mejor manera de finalizar esta situación es que empieces a comer más. Es el momento en el que tu cuerpo entenderá que la situación de carestía ha finalizado. ¡Pero cuidado! La mayoría de las personas terminarán ganando peso porque su cuerpo tiene tendencia a ser muy previsor y, por si acaso, ahora que hay calorías en abundancia almacenará parte de ellas como grasa no vaya a ser que vuelva a darse otra situación de hambruna más adelante. Y así es como entramos en un círculo vicioso.
¿Cómo obtener verdaderos resultados?
La clave es inducir un correcto déficit calórico adaptado a tu situación personal, bajo la supervisión de un profesional.
Es por eso por lo que creemos que el mejor consejo que te podemos dar es que consultes a nuestro equipo de profesionales. Están capacitados para ayudarte de manera totalmente personalizada y nunca tendrás que pagar nada por estas consultas. Ahora que el verano está a las puertas es el momento ideal para empezar el método Lev. Esta dieta nunca la harás sola.